Arquímedes, tal vez mis pensamientos plasmados en estas palabras no lleguen a tu mente silente por los años, sin embargo, espero que los sentimientos volcados en ellas lleguen a tu corazón.Después de mis padres, mis hermanos constituyen el don más preciado que me dio la vida. Con ustedes crecí y aprendí a compartir tristezas y alegrías, momentos de dificultades y tiempo de felicidad. Somos el mismo corazón en otra piel y en otra voz pero el mismo amor lo llevamos dentro.Asumiste el rol de líder familiar ante la ausencia de quien nos dio la vida, velaste por ellos y por nosotros. Mantuviste la unión y el sentido de pertenencia a la familia. Supiste estar presente ante los momentos de crisis.Fuiste un padre ejemplar en tu lucidez, correcto en tu proceder, maestro para enseñar y penalizar. Claros objetivos en tu proyecto de vida y fuerte convicción para lograrlo.Ahora cuando el paso de los años ha minado tus fuerzas, nosotros continuaremos el ejemplo de constancia, dedicación, rectitud y amor a la familia que siempre nos enseñaste. Un abrazo por siempre.
LETRAS A UN HERMANO
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