QUERIDA HIJA

SHEILA, lo más importante en la vida no son los años que pasan ni las huellas que quedan en la piel, son  los sentimientos que llevas contigo en lo más profundo del corazón y los gratos y hermosos recuerdos  que has dejado en el camino. 

Tienes un año más lleno de vivencias, agradables unas y desagradables otras, pero vivencias al fin, ambas te fortalecen el alma. Las primeras, porque brindan felicidad y te premian los logros alcanzados. Las segundas, porque te enseñan a reflexionar y a rectificar los errores cometido.

Un año más  que has recorrido guiado por tus valores, tus enseñanzas y por lo que tú misma has decidido crear cada minuto de tu existencia. Has llenado una página más de tu historia, la cual llevarás siempre contigo donde quieras que vayas. Lo que has hecho o has dejado de hacer estará escrito allí. No podrás borrar, aunque quisieras una hoja de tu vida, solo podrás recordar u olvidar, si así lo prefieres, bien para revivir gratos momentos de épocas pasadas o de llorar  las penas que llevas contigo. 

Sheila, si echas la mirada atrás y te ves en el espejo del pasado, te darás cuenta del camino que has recorrido, verás cuantas alegrías y tristezas han ocurrido, cuantos logros alcanzados que te dieron fuerza y una razón de seguir. 

Hija, hoy estás aquí rodeadas de tus seres queridos, de tu esposo y de tus hijas celebrando un año más. No cedas ante el infortunio, lucha ante las dificultades, mantén siempre la esperanza. Haz realidad tus sueños  y que nunca te falte alguien a quien amar.

Te quiero infinitamente. Tu papá.