MIS NIETOS


Un feliz encuentro de dos caminantes.
Uno al final de sus pasos y el otro aprendiendo a caminar

La vida es un camino y como tal, tiene un principio y tiene un final. Lo nuestro es hacer caminos, hacer caminos al andar. Los nietos son el camino que comienza, los abuelos somos el final. Dos extremos de la vida que se encuentran, que se apegan y se aman. Dos generaciones que se acercan y se unen para quererse, reír y jugar. Un feliz encuentro de dos caminantes, uno al final de sus pasos y el otro aprendiendo a caminar.
Los nietos son el renacer de un nuevo día, una nueva esperanza, un sol naciente en la estación de otoño. Es sentir de nuevo la alegría de tener al hijo cerca, tener el tiempo libre para besarlos y acariciarlo. Es compartir afectos sin limitaciones ni obstáculos. Es estar con ellos para mimarlos sin corregirlos ni reprimirlos. Es el premio de los hijos como agradecimiento para aquellos seres que le dieron la vida y los enseñaron a caminar.

Los nietos representan comenzar un nuevo tiempo, una nueva ilusión sin volver atrás. Es estar más cerca del comienzo y más lejos del final. Es sentir el aire fresco de los años que se van. Es vivir la nostalgia de un ayer y de una vida ya vivida. Es sentir gotas de nostalgia que humedecen el espíritu y nos proporcionan cierta sensación de frescura momentánea. Es una flor en el otoño de la vida como ofrenda al abuelo que se va.







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