UN PADRE OLVIDADO

Nació y creció en una familia feliz. Su infancia y adolescencia la disfrutó a plenitud. Su carácter bonachón, alegre y conciliador, le permitió crear muchas amistades. Durante su madurez ejerció su trabajo con amor y responsabilidad. Un día conoció a la mujer que sería su esposa y con la cual tuvo varios hijos. 

Durante su vida conyugal fue un esposo y padre responsable. Le brindó amor y protección a su núcleo familiar, pero nunca olvidó su raíz, porque tenía sentido de pertenencia. Su temperamento siempre reposado y conciliador  buscaba evitar confrontación con su pareja, quien traía consigo desde la infancia un mal que alteraba su estado de ánimo  y no le permitía ser feliz ni brindar felicidad a los suyos. Jamás buscó ayuda para tratar su infelicidad y sus contantes cambios de humor. 

Uno de esos tantos días de la vida, Aquel padre ejemplar enfermó como secuela de soportar en silencio, indiferencias e infelicidad conyugal. Días después de su muerte, todas sus pertenecías fueron entregadas a su familia de origen y su hogar quedó huérfano de recuerdos de su estadía, creyendo que borrando su imagen borrarían los genes y la sangre, que circula en su cuerpo. Hoy sus hijos hicieron hogar aparte y olvidaron sus raíces.

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