Queridos abuelos
Hoy sentí la necesidad de recordarlos después de muchos años de ausencia. Era yo apenas un niño cuando mi madre me enviaba a llevarles el desayuno, que con tanto amor preparaba para ustedes. Diariamente subía aquella pequeña colina distante de casa para hacerle entrega de tan exquisito alimento, acompañarlos mientras desayunaban y luego retornar a casa con la satisfacción del deber cumplido con mi madre y con ustedes.Me acuerdo abuela Margara, cuando tejías aquellas bellas clinejas, que montabas sobre tus espaldas, tu temperamento templado como el de mi madre y siempre activa haciendo algo que te gustaba.
A ti abuelo Nico, siempre sonriente y masticando tabaco, dispuesto a contar historias de aquellas batallas donde participaste defendiendo el suelo patrio contra el movimiento insurreccionar, mal llamada revolución libertadora, que pretendía derrotar al gobierno de Cipriano Castro y donde obtuviste el grado de coronel en honor al mérito por haber luchado por la causa patriota.
En uno de esos tantos días que los visité, narraste la triste historia de la batalla de Guanape, aquella donde se enfrentaron dos miembros de una misma familia quienes luchaban en bandos contrarios: El coronel Pedro Rafael Armas, comandante del grupo insurreccionar y el general Manuel Itriago Armas (alias veneno), quien estaba al mando de la plaza militar del pueblo para defensa de la causa patriota.
El día en que el coronel Pedro Rafael Armas llegó con su tropa a la población de Guanape con el objetivo de tomar por la fuerza la plaza militar del lugar. El general Manuel Itriago Armas se encontraba refugiado en la casa de su hermana Inés María, ubicada a una cuadra del cuartel y desde allí dirigía todas las operaciones militares para defender dicha plaza, Constantemente recibía información sobre los sucesos que estaban ocurriendo en ese momento en la población y daba órdenes a los comandantes de tropa para que actuaran.
Abuelo, ese día recibiste la orden del general Ytriago Armas
–Coronel Nico Rojas, vaya donde el coronel Maracaputo y que le rinda parte de la situación, —ordenó el general Itriago.
Media hora después regresaste con la respuesta:
—Mi general, el comandante Maracaputo le informa, que La situación es buena, que no se preocupe, está en el comando dando las órdenes convenientes, —Dijo el coronel Nico Rojas.
Durante el fragor de la contienda por la toma de la plaza militar de Guanape es herido de muerte el coronel Pedro Rafael Armas. En ese momento el general Manuel Ytriago Armas salió de su refugio para auxiliar al primo hermano, cuyo cadáver permanecía a la intemperie, pero al tratar de levantar el cadáver recibió un disparo de fusil. Moribundo por la herida recibida, el general ordenó a su sobrino Tomas Pérez Itriago, para que dijera al coronel Marapacuto, que permita recoger y enterrar el cuerpo de su primo hermano.
QUERIDOS ABUELOS
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