SIN RUMBO

Un día soñaste con ser libre y volar como los pájaros. Trazaste un camino y anduviste sin detener tu marcha. Miraste al horizonte y hacia allá te dirigiste. Venciste obstáculos que intentaron detener tu andar, pero nada pudo doblegar tu fortaleza. No hubo piedra que se interpusiera en tu camino, porque tu brújula era la razón y la pasión que pusiste en alcanzar tus sueños. Pero llegó el día en que se detuvo el tiempo, porque tu corazón asumió el control sin saber a dónde ir, sin lugar donde llegar y todo cuanto soñaste se derrumbó. Ese día tu vida cambió, quedaste varado en el dolor y sin rumbo cierto que seguir. Decidiste cambiar y buscar nuevas oportunidades en la vida. Anduviste muchos caminos, soñaste y despertaste cada mañana con la misma realidad. El tiempo y la distancia no te ayudaron a encontrar el camino, no lograron mitigar tus penas ni hacer realidad tus sueños. 

Han pasado muchos días, meses y años desde aquel entonces y, aún así continúas con los mismos problemas. ¿Sabes por qué? Porque el problema lo llevas contigo, el problema eres tú.

No busques afuera las causas de tus males, porque ellos están siempre dentro de ti. Son tus propios conflictos interiores los que empañan el cristal con que miras al mundo y los que impiden encontrar el camino para alcanzar tus metas. Es la confusión en tus pensamientos y emociones, que te llevan a navegar sin rumbo, a no encontrar una ruta y un puerto seguro donde llegar. Son tus decisiones improvisadas y sin objetivos claros los que te llevan a repetir hechos y situaciones que al final terminan en fracasos y mayores confusiones.

ReflexiónEmprender un proyecto de vida implica decisión, motivación y compromiso con uno mismo para llevar a cabo una idea. Se trata de asumir un reto aunque tengamos dudas y miedos. Lo más importante es identificar la pasión qué te mueve, la dirección y el objetivo a lograr para hacer realidad un sueño. 

Muchas personas carecen de un proyecto de  vida, porque nunca ha tenido un momento para escuchar y reflexionar, o bien han perdido el rumbo arrastrado por  emociones que le han desviado el camino y el objetivo alcanzar, o bien no saber que para tener éxito en el propósito es indispensable querer hacerlo, saber como hacerlo y darse el tiempo suficiente para lograrlo.

"La necesidad de ir, aun sin tener claro el sitio, es parte de la realidad humana pero el riesgo de ponerse a caminar sin rumbo o siguiendo ciegamente los consejos de otros, es terminar en un lugar muy distinto al que hubiésemos querido y a veces incluso, sin posibilidad de regreso. Helen Keller

COMENTARIO 
Sin rumbo, fue una conclusión que extraje de la conducta asumida por algunos pacientes, familiares y amigos, que por algún motivo caminaban a ciegas, sin saber que camino seguir, que destino, sin saber que camino escoger, o bien, sin lograr estabilidad en el objetivo alcanzar.;  también de aquellos, que por emociones sufridas lo abandonaron todo, perdieron el rumbo y navegaron sin brújula hacia puertos al que nunca llegaron. Y de muchas otras personas, que manteniendo una idea fija, una obsesión le impidió seguir una dirección hacia un objetivo claro o no logran mantener estabilidad en el  logro alcanzado.
Muchas veces la vivencia de una  experiencia dolorosa puede obnubilar la mente y enturbiar la visión de futuro lo que lleva  a caminar  sin rumbos y sin destino, pudiendo andar  varios caminos sin objetivos claros y consecuencias lamentables. Todos los  esfuerzos en alcanzar metas se ven truncados por la inestabilidad emocional. La poca constancia en sus logros y la baja tolerancia al estrés los inducen  a cometer errores cada vez más frecuentes,  no  permitiéndole  éxito alguno y los conducen a mayores frustraciones en la vida.
Sin rumbo es una experiencia que puede vivir cualquier ser humano en algún momento de su existencia y que obligatoriamente necesita de la ayuda externa para corregir la ruta a seguir. Nadie está exento de vivirla, pero lo más importante es buscar  la ayuda profesional adecuada para lograr estabilidad y luego continuar la marcha. Muchas personas piensan que las causas de sus males está fuera de ellos, sin embargo, es necesario darse cuenta que, generalmente, un problema sin solución o mal resuelto, es porque uno mismo es parte del problema, bien, porque no quiere o no está en capacidad de solucionarlo.



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