A la vida, porque me lo ha dado todo.
A mis padres ausentes, por darme la vida y enseñarme a vivir.
A mis hermanos, con los cuales crecí y aprendí a compartir alegrías y tristezas, momentos de dificultades y tiempos de felicidad.
A mis hijos, fuente principal de inspiración de estas páginas de mi vida que, recogen en cada una de ellas mis vivencias a lo largo del camino que, he recorrido y a quienes les profeso el más grande amor que, he sentido.
A Merche, por su incondicional compañía en la parte más larga y difícil del camino que transité.
A mis sobrinos, por su especial cariño que me brindaron y dieron alegría a muchos momentos de mi vida cuando más lo necesité.
A mis nietos, por este feliz encuentro que me brindó la vida, yo al final de mis pasos y ellos aprendiendo a caminar.
A todos aquellos, familiares y amigos que de una forma u otra permitieron nutrirme con su afecto e hicieron posible llegar hasta aquí.
A todos ellos, mis más sincera y eterna gratitud
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