NECESIDAD DE AFECTO

 

Desde niños creamos un vínculo afectivo con nuestra madre, este primer vínculo proporciona la seguridad afectiva indispensable para nuestra estabilidad emocional futura. Cuando la madre se ausenta, el llanto del niño es su solicitud de auxilio. Si la ausencia se hace eterna, el llanto cesa, hay silencio, hay vacío; un estado de indefensión, soledad y miedo invade el corazón del niño.

El infante inicia una búsqueda angustiosa para suplir su carencia, para llenar el vacío. La necesidad de amor invade la diferente etapas de su vida hasta convertirse en hambre insaciable de afecto. Con el correr de los años deambula creando vínculos inestables con algo o alguien, que sacie su hambre de amor  y llene sus espacios vacíos, o bien narcotiza su ansiedad para aliviar la soledad que lleva adentro.

 

"La necesidad de amor invade las diferentes etapas de la vida hasta convertirse en hambre insaciable de afecto."

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