Las lágrimas sirven para limpiar las heridas del corazón.
Hay sucesos que ocurren en nuestras vidas que nos lastiman, muchas de esas emociones las expresamos en forma libre y abierta, pero otras veces no guardamos silencio y las dejamos dormidas. Callar una emoción es reprimirla, es dejarla dormir en nuestro organismo sin darle salida, sin pensar, que allí en silencio y en complicidad con el tiempo genera dolor y ocasiona heridas.
Llorar es un lenguaje corporal que expresa lo que estamos sintiendo, pero también de un sentimiento que hemos dejado dormido y que despierta de tiempo en tiempo por el dolor que sentimos. Se llora cuando hay tristeza, pero también cuando sentimos miedo, rabia, dolor o una emoción que nos lastima.
Llorar no es signo de debilidad, por el contrario es fortaleza, porque las lágrimas que derramamos por emociones sentidas alivian el dolor que produce la espina. Llorar es un analgésico natural que reduce el estrés y calma la pena que llevamos dentro, pero también nos permite resolver con mayor claridad las dificultades que estamos viviendo..
Pero ninguna lágrima rescata el tiempo que se pierde, el sueño que se desvanece o el amor que se va.
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