Hoy a mis 86 años de vida he decidido escribir mis experiencias vividas y las reflexiones que logrado obtener de ella. Durante el camino recorrido desde mi infancia hasta el día de hoy he vivido experiencias agradables y desagradable, ambas me han fortalecido, las primera porque me han brindado felicidad, la segundas porque me enseñado atravesar la tormenta y salir fortalecido. Durante todo el camino mi norte
Puedes comenzar describiendo cómo es tu vida en este momento. ¿Dónde vives? ¿Cómo es un día típico? ¿Cuáles son tus actividades y rutinas? Esto sitúa al lector en tu realidad actual.
Inicia con un recuerdo particularmente vívido o importante de tu pasado que sientas que ha moldeado quién eres hoy. Puede ser un evento alegre, triste, una lección aprendida, o una persona influyente.
Empieza describiendo cómo era tu vida en una etapa anterior (juventud, madurez) y contrástala con tu presente. Esto puede resaltar los cambios, las continuidades y las reflexiones que han surgido con el tiempo.
Si hay un evento reciente significativo relacionado con tu edad (un cumpleaños importante, la jubilación, el nacimiento de un nieto), puedes usarlo como punto de partida para reflexionar sobre el paso del tiempo.
2. Punto de partida temático:
Una reflexión sobre el tiempo: Comienza con tus pensamientos sobre el concepto del tiempo, cómo lo percibes ahora en comparación con antes, y qué significa para ti el envejecer.
Una lección de vida: Inicia compartiendo una enseñanza fundamental que has aprendido a lo largo de los años y cómo esa lección influye en tu perspectiva actual.
Un cambio significativo: Describe un cambio importante que has experimentado en tu vida (mudanza, pérdida, nueva relación, cambio de salud) y cómo te ha afectado y transformado.
Un sentimiento o emoción: Empieza explorando un sentimiento predominante en tu vejez: la gratitud, la nostalgia, la serenidad, la sorpresa, etc.
3. Punto de partida sensorial:
Una imagen poderosa: Describe una imagen que te evoca fuertemente tu vejez. Puede ser algo que ves a diario, un recuerdo visual, o una fotografía.
Un sonido significativo: Comienza describiendo un sonido que ahora tiene un significado especial para ti o que te recuerda tu pasado.
Un olor evocador: Describe un olor que te transporta a otra época o que está asociado con recuerdos de tu vejez.
Preguntas para ayudarte a empezar:
¿Qué es lo primero que me viene a la mente cuando pienso en mi vejez?
¿Cuál es la experiencia más significativa que quiero compartir?
¿Qué sentimiento quiero evocar en el lector?
¿Cuál es la lección más importante que he aprendido?
¿Cómo ha cambiado mi perspectiva de la vida con el tiempo?
¿Qué quiero que mis seres queridos sepan sobre esta etapa de mi vida?
Consejos para empezar a escribir:
No te presiones: No tiene que ser perfecto desde el principio. Simplemente comienza a escribir lo que te venga a la mente.
Escribe con libertad: No te preocupes por la gramática o la estructura al principio. Deja que tus pensamientos fluyan.
Sé honesto y auténtico: Comparte tus verdaderos sentimientos y experiencias. Tu voz única es lo que hará que tu relato sea especial.
Elige un formato que te guste: Puedes escribir en forma de diario, cartas, narraciones cortas, poemas, o simplemente reflexiones.
Encuentra un momento y lugar tranquilo: Busca un espacio donde te sientas cómodo y sin distracciones para concentrarte en tus pensamientos.
Recuerda que este es tu relato. No hay reglas estrictas. Permítete explorar tus recuerdos y reflexiones de la manera que te resulte más significativa y gratificante. ¡Disfruta del proceso!
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